Literatura científica selecionada sobre o tema "Monstruos – novela"

La novela de Lizandro Chávez Trágame tierra (1969) representa dos hitos literarios: ser la primera novela contemporánea centroamericana y ser la primera novela sandinista. En este artículo interesa analizar la representación de la otredad política, manteniendo presente esa doble inserción historiográfica. Por una parte, el texto plantea una deconstrucción de la asociación política-monstruosa común en las novelas regionalistas, de la dictadura y las novelas bananeras que preceden al ciclo revolucionario en Centroamérica. Por otra parte, el texto, a diferencia de los textos revolucionarios, no se caracteriza por marcar la subjetividad heroica del revolucionario ni por construir la montaña como espacio de transformación. En vez de haber un marco referencial de regularidades contra el cual proyectar el fenómeno para destacar su anomalía, lo que se presenta es la imposibilidad de definir un código ideológico que integre nociones elementales de lo bueno/lo malo, lo positivo/lo negativo y que, así, nos permita una clara definición de lo monstruoso de la otredad política. De esa manera la otredad política adquiere rasgos monstruosos desde ambos bandos: somocista y sandinista. El futuro de la revolución y la implantación de una nueva sociedad resultan problemáticos, pues lo monstruoso es familiar, está entre nosotros.

Este artículo aborda el papel del personaje-monstruo en la empatía lectora. Para ello, se analiza la producción literaria de la narradora mexicana Cecilia Eudave en sus distintas etapas, desde los relatos más puramente fantásticos a aquellos adscritos a lo inusual. Con la neurohermenéutica y el fenómeno de la lectura empática como metodología de análisis, se pone el foco en los cuerpos insólitos y monstruosos de la novela Bestiaria vida (2008), así como de algunos cuentos y microrrelatos del corpus textual eudaviano. El propósito final es trazar una línea gradativa de la evolución de la monstruosidad en la trayectoria de la autora, así como analizar las claves y estrategias empáticas que el tratamiento de sus monstruos presenta.

En relación con el poder y la crítica de las autoridades que la ejerce, con Aves sin nido (1889), de Clorinda Matto de Turner, se perfilan dos figuras que la literatura latinoamericana catapulta, a la hora de desarrollar y atacar los desmanes del poder: se trata del alcalde (el gobernador en este caso concreto) y el cura, que Matto de Turner vilipendia y censura duramente desde el inicio de su novela, llamándolos “monstruos de codicia y aun de lujuria”. Este artículo observa los alcances de lo monstruoso con figura humana y analiza la persistencia de la misma crítica en otra gran novela de la crítica social de la región andina, como lo es Huasipungo (1934), de Jorge Icaza, en donde ahora la censura del par cura/gobernador se dirige hacia el cura/latifundista. El punto de vista asumido en el análisis implica observarlos como tipos que ya la sátira clásica denuncia en relación con el poder y la prevaricación de sus cargos.

La novela Mandíbula (2018) de Mónica Ojeda da cuenta de una configuración que se puede reconocer monstruosa en torno a la figura materna desde, principalmente, dos aristas: la gestación de la madre como un ser que devora y ahoga a sus crías (homologación con una matriz violenta) y la extrañificación mediante una representación animalizada que carece de referentes humanos y se muestra semejante a elementos del reino animal y vegetal, o tópicos hórridos como la noción de la bruja. En ese sentido, nuestra investigación se detendrá en las imágenes vinculadas a los espacios domésticos que representan figuraciones disruptivas para la profesora Clara, y las estudiantes Annelise y Fernanda. Para ello, ubicaremos la casa-útero que se constituye símil de un cuerpo femenino que las hijas simultáneamente anhelan y repelen. Así, nos valdremos, principalmente, de la categoría de monstruo trazada por Mabel Moraña en El monstruo como máquina de guerra (2017) y por Elena del Río en Una era de monstruos. Representaciones de lo deforme en el Siglo de Oro español (2003), puesto que nos servirá para detectar fisuras dentro del discurso racional y la emergencia de una filiación distinta. De manera similar, señalaremos los peligros que conlleva una cercanía malsana para la progenie basándonos en los artículos de Luce Irigaray (1994) y de Jacques-Alain Miller (2005).

En el marco de nuestra investigación sobre representaciones de la sexualidad en la literatura argentina actual, el poema de Susy Shock, «Reivindico mi derecho a ser un monstruo»y la novela de Gabriela Cabezón Cámara, Romance de la negra rubia, presentan una apropiación de lo monstruoso que conjuga, a un mismo tiempo, vida, arte y política. Trabajocon la noción de invención que me permite pensar los modos de subjetivación en torno a la figura del monstruo que concentra toda su potencia revulsiva y se puede leer en sus efectos artísticos y políticos. Se trata de pensar no en términos identitarios ni esencialistas sino en un proceso de autofiguración que guarda relación con lo que Guattari llama proceso de singularización y que define como «una relaciónde expresión y de creación en el cual el individuo se reapropia de los componentes de la subjetividad». Invención pero también reinvención puesto que se trata siempre de un trabajo doble, la reinvención supone un segundo momento creativo, ambos plantean una desnaturalización de lo establecido, los saberes y las identidades iniciales no son reconocidas como propias y más bien se trata de una transformación creativa y cambiante de la subjetividad entendida como proceso y singularidad. El monstruo como efectividad política, como hecho artístico, como sentido devida, reelabora los sentidos de lo anómalo, redoblando su carácter revulsivo en relación a la cultura normativa reguladora de conductas, lenguajes y prácticas sexuales al presentarse como un efecto de desajuste de lo establecido y crear nuevos espacios de invención literaria que dan forma desde su singularidad a todo un campo de representaciones y retóricas visibles en la literatura actual.

Este ensayo se propone leer la novela Dolores: cuadros de la vida de una mujer (1867) de la escritora colombiana Soledad Acosta de Samper (1833- 1913) como un texto que subvierte el cuadro de costumbres y la novela sentimental para afincarse en la estética gótica, su arsenal representacional de monstruos, espectros e inquietantes lugares caracterizados por lo unheimlich. Una lectura gótica de la novela muestra cómo sus temas - la blancura como enfermedad hereditaria (la lepra) en el trópico y el mestizaje como usurpación del lugar de los blancos - son dispositivos a través de los cuales el texto exhibe las ansiedades, contradicciones y frustraciones del proyecto civilizatorio de unas élites que pretendían hacer de Colombia una nación civilizada a través del blanqueamiento de su heterogénea población.

Tras la publicación de Los días de la peste (2017), novela premonitoria que anticipa la pandemia global del COVID-19, el escritor Edmundo Paz Soldán vuelve a sacar una obra sobre los horrores derivados de la propagación del virus (al que llaman el «bicho»), titulada Allá afuera hay monstruos (2021). Ambientada en un mundo distópico y guerracivilista, Paz Soldán recrea con mano maestra cada una de las circunstancias que se han vivido de forma global: el contagio imparable del virus, la falta de equipamiento sanitario, las tensiones económicas derivadas del confinamiento, las revueltas sociales, la contaminación informativa, el protagonismo de los negacionistas y antivacunas o los pseudocientíficos mesiánicos con remedios milagrosos para combatir la pandemia. La obra está inspirada y es un homenaje a Cartucho (1931), libro de relatos sobre la Revolución mexicana de la escritora Nellie Campobello.

Este artículo examina compromisos con el modo gótico de escritoras de ambos lados del Río de la Plata. El cuento “Bajo el agua negra” de Mariana Enríquez y la novela Mugre rosa de Fernanda Trías utilizan figuras de niños monstruos, ríos tóxicos y cuerpos mutados para involucrarse no solo con injusticias sociales y criticar modelos de producción, sino también para señalizar un camino hacia una ética de cuidado multiespecie. A través de protagonistas liminales que representan y desafían modelos antropocéntricos, ambas autoras demuestran una naciente y liminal conciencia antropocénica. Las historias materiales de lo no-humano estallan de manera inquietante y demuestran una agencialidad siniestra que es imposible de ignorar, resonando con la ecocrítica feminista y materialismos poshumanistas. Sin embargo, lejos de despertar un horror que abrume e inmovilice al lector, estas visiones especulativas ambiguas y abiertas señalan que podría surgir algo más esperanzador de la destrucción de viejos modelos.

“Cronista de lo inquietante, narrador de ciertas sombras invisibles”, Merino no podía dejar de recurrir al monstruo. Se dedica a ello no tanto en sus novelas como en sus cuentos y microrrelatos. En muchos textos, el monstruo está al servicio de una interrogación acerca de la identidad del sujeto contemporáneo. En otros, viene a alertarnos sobre ciertos aspectos deplorables de nuestra sociedad. En determinadas obras, Merino se encarga más particularmente de decirnos que el monstruo está en nosotros. El territorio de los sueños y del insomnio se revela también muy fértil para la aparición de monstruos, siendo estos la expresión en este caso de los temores profundos del escritor. En su último libro, El libro de las horas contadas, aparecen monstruos de los más pintorescos, y también de los más temibles, por eso mismo innombrables.

The following article analyzes the novels Debimos ser Felices, by Rafaela Lahore and Mugre rosa, by Fernanda Trías, both published in 2020. While Lahore works her way through remembrance in an intimate, fragmentary, autobiographical way, Trías’ narrative is complex, apocalyptic, and dystopic. It ranges from a progressive uncertainty about the present to memory’s capacity to hang on to family affections. However, they converge in their narratives’ subtle, dreamlike atmospheres that focus on the voice of children fluctuating between abnormality and monstrosity. Their reflections emphasize the reconstruction of their respective genealogies through reminiscence. --- El siguiente artículo analiza las novelas Debimos ser felices, de Rafaela Lahore, y Mugre rosa, de Fernanda Trías, ambas publicadas en 2020. Si bien comparten ciertas atmósferas sutiles, casi oníricas, Lahore trabaja el recuerdo de manera íntima, fragmentaria y autobiográfica, mientras que la narración de Trías se proyecta como una compleja novela apocalíptica, distópica, que oscila entre la progresiva incertidumbre del presente y la capacidad del recuerdo para aferrarse a los afectos familiares. Ambas ponen en el centro de sus reflexiones a niños y niñas que transitan entre la anomalía y la monstruosidad, con un fuerte acento en la reconstrucción memoriosa de sus respectivas genealogías.

This thesis examines selected prose fiction works of Mary Wollstonecraft Shelley in an effort to establish a clearer understanding of the creative principles informing her writing, based on more evidence than her well-known novel Frankenstein provides. Overturning the hitherto dismissive and/or reductive critiques of her lesser-known works, this thesis challenges negative assessments by reinterpreting the structure of Shelley's fiction. Concentrating particularly on the early Frankenstein(1818), Mathilda (written in 1819), and The Last Man (1826), with a focus on the use of insistent embedded quotations, this thesis begins by exploring Shelley's belief in textuality as a form of "grafting." As scholars have suggested, Shelley's literary borrowings are a result of her materialist-based views of human reality. The persistent use of embedded quotations is one way in which Shelley's fiction represents texts as collations of materials. The core of the argument posits that citational "grafting" has distinctive and striking effects in each of the works examined. In Frankenstein, quotations underscore existential alienation by pointing to the need for texts to fill in the lacunae of human understanding; in Mathilda, the narrator uses citations to create a sense of personal identity; and in The Last Man, citational excerpts are used with the assumption that they are shared pockets of meaning belonging to a community of human readers. This reconceptualization of Shelley's writing contributes to the generic taxonomies that are now being used to retheorize "the novel" in more inclusive and specific ways.

This thesis examines the construction and function of spaces, characters and allusions in eight of Walter Scott’s Waverley novels.  Underpinned by postcolonial theory and recent analyses of the relationship between Romanticism and Orientalism, this thesis argues that Scott’s engagement with the discourses of Orientalism is complex and vexed, considering troubled issues of nation, empire and fiction writing. Chapter One examines the evidence of Scott’s letters, journal and prose works in order to uncover the varied sources for Scott’s conception of the Orient, and the extent to which his engagement with both literary Orientalism and British imperialism is characterised by ambivalence.  The following chapters examine texts ranging from Guy Mannering (1815) to Count Robert of Paris (1831) chronologically. As this discussion argues, the Orient functions as an ontologically unstable space in the Waverley novels, shifting geo-temporal locations between texts.  All the novels under investigation can be identified as offering a destabilising of what, following Edward Said, has been described as the master discourse of British Orientalism. Scott’s texts depict the Orient as an elusive space of dangerous alterity that presents a resistance to essentialising discourse and places invading westerners in positions of vulnerability. Moreover, this thesis identifies an inherent tension between Scott’s depiction of the Orient as a space that generates narrative, and the Waverley novels’ deconstruction of British narratives of the East as unreliable constructions that are implicated in the processes of imperialism.  While this self-conscious deconstruction of orientalist discourse as ‘seductive fiction’ further disrupts binary oppositions between East and West, the late fiction also depicts the peril of attempting to step beyond cultural boundaries.  As this thesis concludes, the tensions inherent in Scott’s construction of the Orient remain unresolved.

La funció crucial del monstre com a figura de l'Alteritat humana ha trobat expressió cultural des de l'inici de la civilització de manera que els monstres sovint han ocupat una posició central en els diversos períodes culturals del passat. Al final del s. XX, la presència ubiqua del monstre ha esdevingut un dels trets més prominents de la cultura Occidental, en un sentit ampli. Els monstres abunden sobre tot a les novel·les i pel·lícules en anglès dels 80s i 90s. Malgrat això, s'ha parlat de la monstruositat dins els Estudis Culturals en anglès bàsicament en relació a la ficció de terror, sobre tot el cinema. Investigadors com ara Andrew Tudor a Monsters and Mad Scientists (1989), Noël Carroll a The Philosophy of Horror (1990), David Skal a The Monster Show (1993) i Barbara Creed a The Monstrous-Feminine (1993) han escrits anàlisis molt perceptives del monstre en aquest gènere. No hi ha però un discurs a l'abast sobre la monstruositat mateixa, entesa com a una complexa construcció cultural que recull els diversos tipus de monstres i que està present en la majoria de manifestacions culturals més enllà del cinema de terror.
Aquesta tesi es proposa començar a omplir aquest buit, començant per qüestionar la idea que la monstruositat es limita a les criatures repulsives del cinema de terror i, en segon lloc, mirant el monstre des d'un punt de vista més ampli que inclogui els dos mitjans més populars de la ficció actual: la novel·la i el cinema. Pel que fa a la monstruositat en si, aquesta tesi deixa de banda una taxonomia tradicional que la limitaria a les llistes d'exemples per obrir un nou territori per l'anàlisi dins els Estudis Culturals en anglès en examinar el conjunt total de les representacions de la monstruositat a la ficció per categories com monstre humà i no-humà, estètic i moral, mític i polític. S'estudia el monstre, doncs, en el context de grans línies narratives que expressen les principals tensions culturals del nostre temps i que justifiquen la divisió en capítols. El monstre de ficció és un símptoma d'aquestes tensions però també part de les estratègies usades per la psicologia humana per guarir-nos de les ferides en la nostra auto-estima causades per la monstruosa realitat de la conducta humana. Els títols originals dels capítols són (la tesi està redactada en anglès): 1 Fascinating Bodies: The New Iconography of Monstrosity; 2 Old Monsters, New Monsters: Vision and Re-Vision From Screen Adaptation to Novelization; 3 Nostalgia for the Monster: Mythical Monsters and Freaks; 4 Evil and Monstrosity: The Moral Monster, 5 The Politics of Monstrosity: The Monsters of Power; 6: Frankenstein's Capitalist Heirs: The Uses of Making Monsters; 7 Gendered Monstrosity: The Monstrous-Feminine and the New Woman Saviour and 8 Little Monsters?: Children and Monsters. Aquesta tesi inclou també una àmplia llista de fonts primàries (novel·les i pel·lícules).
La función crucial del monstruo como figura de la Otredad humana ha hallado expresión cultural desde los inicios de la civilización, de modo que los monstruos a menudo han ocupado una posición central en los diversos períodos culturales del pasado. Al final del s. XX, la presencia ubicua del monstruo se manifiesta como uno de los rasgos más prominentes de la cultura Occidental, en un sentido amplio. Los monstruos abundan sobre todo en las novelas y las películas en inglés de los 80s y 90s. Pese a ello, se ha debatido la monstruosidad dentro de los Estudios Culturales en inglés básicamente en relación a la ficción de terror, sobre todo el cine. Investigadores como Andrew Tudor en Monsters and Mad Scientists (1989), Noël Carroll en The Philosophy of Horror (1990), David Skal en The Monster Show (1993) y Barbara Creed en The Monstrous-Feminine (1993) han escrito análisis muy perceptivos del monstruo en este género. No hay, sin embargo, un discurso sobre la monstruosidad misma, definida como compleja construcción cultural que recoge los diversos tipos de monstruos y que está presente en la mayoría de manifestaciones culturales más allá del cine de terror.
Esta tesis se propone iniciar el llenado de este vacío, empezando por cuestionar la idea de que la monstruosidad se limita a las criaturas repulsivas del cine de terror y, en segundo lugar, observando al monstruo desde un punto de vista más amplio que incluya los dos medios más populares de la ficción actual: la novela y el cine. Sobre la monstruosidad en sí, esta tesis no entra en una taxonomía tradicional, que la limitaría a las listas de ejemplos, para abrir un nuevo territorio de análisis dentro de los Estudios Culturales en inglés al examinar el conjunto total de les representaciones de la monstruosidad en la ficción per categorías tales como monstruo humano i no-humano, estético y moral, mítico y político. Se estudia al monstruo, pues, en el contexto de grandes líneas narrativas que expresan las principales tensiones culturales de nuestro tiempo y que justifican la división en capítulos. El monstruo de ficción es un síntoma de estas tensiones pero también parte de las estrategias usadas por la psicología humana para curarnos las heridas en nuestra auto-estima causadas por la monstruosa realidad de la conducta humana.
Los títulos originales de los capítulos son (la tesis está redactada en inglés): 1 Fascinating Bodies: The New Iconography of Monstrosity; 2 Old Monsters, New Monsters: Vision and Re-Vision From Screen Adaptation to Novelization; 3 Nostalgia for the Monster: Mythical Monsters and Freaks; 4 Evil and Monstrosity: The Moral Monster, 5 The Politics of Monstrosity: The Monsters of Power; 6: Frankenstein's Capitalist Heirs: The Uses of Making Monsters; 7 Gendered Monstrosity: The Monstrous-Feminine and the New Woman Saviour and 8 Little Monsters?: Children and Monsters. Esta tesis incluye una amplia lista de fuentes primarias (novelas y películas).
The crucial function of the monster as mankind's Other has always found an expression in culture since the dawn of civilisation and, so, monstrosity has frequently occupied a central position in the diverse cultural periods of the past. By the end of the twentieth century, the ubiquitous presence of the monster appears to be one of the most conspicuous features of contemporary Western culture in its widest sense. The monster thrives in particular in the novels and films in English of the 1980s and 1990s. Nevertheless, monstrosity has been only discussed within English Cultural Studies mostly in work dealing with horror fiction, especially with the horror film. Researchers such as Andrew Tudor in Monsters and Mad Scientists (1989), Noël Carroll in The Philosophy of Horror (1990), David Skal in The Monster Show (1993) and Barbara Creed in The Monstrous-Feminine (1993) have written perceptive analyses of the monster in that genre. Yet, there is no available discourse on monstrosity itself, understood as a complex cultural construction that gathers together the widely different types of monster and that is present in most contemporary cultural manifestations beyond the domain of horror films.
It is the aim of this dissertation to start filling this gap, beginning first by questioning the idea that monstrosity is represented essentially by the repulsive creatures that can be found in horror films and second, by looking at the monster from a more comprehensive point of view which includes the two most popular vehicles for fiction today: films and novels. Regarding monstrosity itself, this dissertation disregards a traditional classificatory standpoint that would limit analysis to drawing lists of examples. Instead, this dissertation opens new ground for cultural analysis within Cultural Studies by considering together the representations of fictional monstrosity: human and non-human, aesthetic and moral, mythical and political. The monster is, thus, studied within the context of master narratives that express the main cultural tensions in our time and that justify the division into chapters of my dissertation. The fictional monster is a symptom of these tensions but it is also part of the strategies used by the human psyche to heal the wounds inflicted on its self-esteem by the monstrous reality of human behaviour.
The chapters are: 1 Fascinating Bodies: The New Iconography of Monstrosity; 2 Old Monsters, New Monsters: Vision and Re-Vision From Screen Adaptation to Novelization; 3 Nostalgia for the Monster: Mythical Monsters and Freaks; 4 Evil and Monstrosity: The Moral Monster, 5 The Politics of Monstrosity: The Monsters of Power; 6: Frankenstein's Capitalist Heirs: The Uses of Making Monsters; 7 Gendered Monstrosity: The Monstrous-Feminine and the New Woman Saviour and 8 Little Monsters?: Children and Monsters. The dissertation also include an extensive list of primary sources (novels and films).

La critique récente sur Aphra Behn (1640-1689) a montré d’une part que ses courts romans entretiennent des liens privilégiés avec le champ de la philosophie naturelle montante et d’autre part, que le monstrueux ou l’exotique sont des motifs privilégiés de ses œuvres. Ce travail vise à mettre en lien ces deux différentes approches, en établissant la centralité de la notion de curiosité dans la fiction d’Aphra Behn. La curiosité est une notion ambivalente au XVIIe siècle qui, bien qu’elle continue à porter des connotations négatives d’origine chrétienne et médiévale, s’est vue revalorisée par la philosophie naturelle. A la même époque, la notion de curiosité suscite également un regain d’intérêt de la part des théoriciens du roman ; Behn se positionne dans le débat esthétique et épistémologique de son temps en revendiquant une mimesis originale du vrai absolu, qui refuse d’intéresser son lecteur par une curiosité pour les choses familières, et choisit de représenter l’extra-ordinaire. Behn tente de discriminer entre une « bonne » et une « mauvaise » curiosité, pour se poser en curieuse et en collectionneuse avisée, mais continue d’entretenir des liens avec une culture plus populaire de la curiosité, celle des spectacles de foires. Le « cabinet de curiosité littéraire » que construit Aphra Behn privilégie des figures de monstres atypiques, qui permettent d’inventer une forme romanesque curieuse et transgressive
Recent research on Aphra Behn has shown the link between the scientific prose of the period and Behn’s narrative fiction, while other scholars have underscored the importance of bodily and moral deformity in her works. Drawing on these apparently heterogeneous studies, this project aims at providing a global aesthetic framework for Behn’s fiction. The epistemological context of the late seventeenth century offers a stimulating insight in Behn’s fiction, especially through the notion of “curiosity”. This notion is at the centre of both the scientific and literary concerns of the period; the growing interest in natural philosophy progressively rehabilitates curiosity – which had been an object of scorn in the Augustinian tradition – first by valuing curiosity as the ideal attitude of the “scientist”, and by having curiosities as its major object of study – the rare, new, and unusual objects of the Wunderkammern replacing the “universal” objects of study of the Medieval and Renaissance science. At exactly the same time, in the literary field, the notion of curiosity undergoes a redefinition, in a somewhat similar fashion to that which occurs in the scientific field, shifting from the “generalities” of idealized romance to a new conception of curiosity in the emerging genre of the novel. Behn advocates for a radical mimesis of truth and extraordinary curiosities. At the time when Aphra Behn writes her fictional texts, curiosity is therefore a polysemic notion, whose unity can nonetheless be found in a set of specificities: curiosity is concerned, both in science and in literature, with the emotions/reactions of the “curious” scientist or reader; it is what leads us to experiment, and it comes from a desire for knowledge. But curiosity is also a transgressive desire: the distinction between two types of curiosity, a “good” and a “bad” curiosity, is central in Behn’s discourse. The parallel between Behn’s fascination with curiosities and the scientific episteme of her time is obvious in the numerous descriptions of exotica in Oroonoko, as the narrator explicitly compares the objects she shows to those which form part of the Royal Society repository, but the rest of Behn’s fiction is also concerned with this preoccupation with curiosity: in several of her other works, moral irregularities are conjoined with ‘natural’/physical irregularities which belong to the realm of curiosities. The various transgressions depicted in Behn’s fiction can therefore be seen as “curiosities”; Behn’s work can be read as a sort of Wunderkammern, as she herself seems to suggest when she wishes her novels were “esteem’d as Medals in the Cabinets of Men of Wit” – novelists collect and experiment on human nature just as natural philosophers do with nature (and art) in the cabinets of curiosities. But in her fiction Behn actually goes beyond the conventional notion of the cabinet of curiosities, by insisting on moral and physical monstrosity. In underlining the importance of the realm of curiosity in Behn’s fiction, this study aims at showing the specificity of her aesthetics and the originality of her conception of the novel; as she states in the preface to Oroonoko, writers, like painters, are supposed to “erase” defects: by deliberately choosing not to idealize nature, men, or society, and by choosing to systematically depict deformity and exceptions instead (rather than exemplary individuals), Aphra Behn invents her own conception of the novel, a sensationalist aesthetic of the “strange and novel”

El núcleo en torno al cual gira este Trabajo Final de Licenciatura, disparador de nuestro interés de investigación, es el monstruo. Su figuración aparece repetitiva, persuasiva y significativamente en un sinnúmero de ficciones: excediendo, como le es propio, las distinciones genéricas, los formatos, los soportes y las épocas. El monstruo es aquel que ilumina un espacio de interrogación, de apelación y de advertencia para quienes habitan dentro y fuera de la ficción que los enmarca. Pensar estas iluminaciones resulta en mirar desde el monstruo y, por lo tanto, desde una mirada que revela fisuras en el sistema normativo. La propensión del monstruo a la resistencia, leída en nuestro corpus como formas de contestación, lo coloca en una zona de intercambio con otras subjetividades más o menos cercanas a las normas de la matriz contenedora. En esta zona de rupturas aparecen nuevos riesgos, nuevas formas de "contagio"; en definitiva, otras formas de vida y, por lo tanto, la necesidad de elaborar otros marcos para abordarlas. Trabajamos en el desarrollo de este TFL con tres ejes fundamentales. Como primer eje: las tres novelas son parte del campo discursivo de las narrativas contemporáneas y podemos inscribirlas en el marco de una cultura mundializada; son best seller, escritas en lengua inglesa y todas traducidas al español. En este sentido, queremos destacar el impacto producido por estas novelas tanto en la dimensión global como local, puesto que pasaron a formar parte constituyente de un fenómeno mayor que acepta y visibiliza los géneros masivos, no sólo como bienes de intercambio sino como productores de sentido y formadores de subjetividad, a través de nuevos formatos y soportes. Con esto afirmamos la constitución de una red interdiscursiva que sostiene y que deviene, al mismo tiempo, de las novelas de nuestro corpus. Como segundo eje: el tratamiento discursivo realizado tanto sobre los personajes que agrupamos bajo el rol de art-killers, como los que agrupamos bajo el rol de investigadores border. En el caso del primer grupo, todos son clasificados y denominados "monstruos" por los respectivos dispositivos normalizadores; pero también estos personajes se autodenominan "monstruos". Es en el uso específico de esa designación y en la percepción artística que muestran sobre el acto de matar donde leemos sus transgresiones a normas sociales y morales del universo ficcional. Como tercer eje: por la participación de las tres novelas en el género policial. Por último rescatamos aquí las coordenadas desde las cuales hacemos nuestra lectura: por una parte desde un espacio académico, situado en Córdoba, Argentina; por otra, desde el lugar de lectores, consumidores y productores jóvenes.
Fil: Paltrinieri Fissore, Antonella. Universidad Nacional de Córdoba. Facultad de Filosofía y Humanidades. Escuela de Letras; Argentina.
Otras Lengua y Literatura

AbstractThis chapter explores the ways in which three contemporary Indo-Caribbean women writers trouble traditional understandings of teleology, genealogy, and the divide between the “natural” and “unnatural,” revealing the hauntings of characters by intergenerational trauma and secrets and by specters of gendered violence that rupture conventional temporalities. I examine Ingrid Persaud’s 2020 novel Love After Love, Vashti Bowlah’s 2015 short story “The Churile of Sugarcane Valley,” and Krystal M. Ramroop’s 2020 short story “Midnight’s Mischievous Mistress” to show how these writers redirect images of monstrous femininity contained both within patriarchal understandings of gender roles and within Caribbean folklore. I trace Persaud’s engagement with alternate models of powerful femininity to be found in kali mai worship and her offering of examples of cleansing violence via both ritual practices of creolized Indo-Caribbean religion and the erotic application of pain in a dominatrix/submissive relationship. And, following the work of scholars such as Giselle Anatol who explore how that which is repressed and denigrated about womanhood emerges in Caribbean folkloric figures, I examine the reclaiming of such monstrous figures as the churile and the diablesse by Bowlah and Ramroop for their own imaginings of violence’s role in the furthering of feminist visions of justice.

This chapter explicates Sapphire's novel 1996 Push, alongside the 1996 Welfare Reform Act, 1996 Defense of Marriage Act, Farrakhan's 1993 book Torchlight for America, and Sweet Honey in the Rock's 1983 song Testimony in order to unmask the political burden placed on African American marriage and Black love. It illustrates the ways in which touting marriage and heteropatriarchal family as a political responsibility enables intimate partner violence or domestic abuse.

This concluding chapter traces the forms of rebelliousness discernible in comics monsters by highlighting the rebellious romantic heritage ensconced in the comics medium itself. It summarizes the shared and distinct romantic features embodied by the monstrous protagonists in the previous chapters. This is followed by a brief close reading of Emil Ferris’ My Favorite Thing is Monsters to show how many of the romantic features brought out through the other comics reappear in this graphic novel. Drawing links between the prominence of the spectacular and the spectacle in the analyzed stories as well as the medium, the chapter then elaborates on the embedding of romantic features and monstrous inclinations in comics, especially on spectacularity as an inevitable accompaniment to rebelliousness. The chapter ends with a brief coda on the presence of Romanticism through monsters in contemporary culture.

Pablo Escobar died in 1993 but his figure is still present in today’s artistic environment. This article studied the ‘character Escobar’ as he appears in the Columbian fiction, and more precisely in six novels published between 1993 and 2017 by writers such as Restrepo, Vallejo, Franco, Vásquez, Forero Quintero and Mesa. By analysing the allusions to the capo, his (dis)appearences, different names, descriptions…, this study examines how these authors deal with the heroic or monstrous facets of the so-called Patrón del Mal, and his mythical and sacred dimension, raising the question of an eventual responsibility of the writers in the mythification process of Escobar.

Chapter 1 argues that Mary Shelley’s Frankenstein (1818) marks the origins of the ‘monstrous vegan’ trope. The chapter establishes the vegetarian contexts influencing Shelley’s novel before outlining the principal defining traits of the monstrous vegan. First, the monster’s refusal to eat meat is evidenced and explored in relation to Romantic vegetarianism. Second, his hybrid physiognomy, composed of remnants from the slaughterhouse and charnel house, allows for close attention to acts of visual recognition throughout the novel. Third, the creature’s birth outside of the confines of heterosexual reproduction is explored in relation to his challenge to reproductive futurities, with vegetarianism seen to offer a circular return to a Golden Age of humankind. Finally, the creature’s relation to literary authorship establishes that monstrous vegans bring to the fore the difficulty of inscribing ethical identities onto bodies.

The article discloses and reveals two ontologically opposite models of life perception, embodied in M. Shishkin’s novel «The Letter Book»: a life paradigm based on a sense of peace, and a worldview model of crisis. At the same time, in the fate trajectory of one character two contrasting ways of perceiving of being can be combined, replace each other at different stages. The essence of the state of peace boils down to non-resistance, reconciliation with oneself and others, to harmony and, as a result, to self-realization. The crisis perception of life is embodied mainly in the military episodes of the narrative: the war, with its senselessness, cruelty and hopelessness, is comprehended by Shishkin as a monstrous violation of existential laws. The article reveals an understanding of life as a stream of subjective impressions, among which a special place is given to the visual, auditory and tactile. The range of problems and style features of the novel are considered in the context of the new-modern literary trend.

Ensiferan insects (crickets, katydids, grigs and allies) are well known for rubbing parts of their cuticle together to produce sound: a process called stridulation. In this article Swedish entomologist Kjell Ander describes a novel (at the time) stridulatory apparatus in the great grig, Cyphoderris monstrosa (Prophalangopsidae), a relict ensiferan found in the mountainous regions of western North America. Ander used preserved specimens to predict the sound-producing function of a pair of abdominal file-scraper apparatuses, although he was never able to directly test his proposed mechanism nor did he speculate as to the adaptive significance of the structures. The article concludes with a review of the systematic placement of various higher level taxa within the order Orthoptera, of which Ensifera is one suborder.

Ensiferan insects (crickets, katydids, grigs and allies) are well known for rubbing parts of their cuticle together to produce sound: a process called stridulation. In this article Swedish entomologist Kjell Ander describes a novel (at the time) stridulatory apparatus in the great grig, Cyphoderris monstrosa (Prophalangopsidae), a relict ensiferan found in the mountainous regions of western North America. Ander used preserved specimens to predict the sound-producing function of a pair of abdominal file-scraper apparatuses, although he was never able to directly test his proposed mechanism nor did he speculate as to the adaptive significance of the structures. The article concludes with a review of the systematic placement of various higher level taxa within the order Orthoptera, of which Ensifera is one suborder.