Donato, Oscar. Redefinir lo humano en la era técnica: perspectivas filosóficas. Universidad Libre sede principal, 2020. http://dx.doi.org/10.18041/978-958-5578-23-4.
Abstract:
Finalizando la segunda década del siglo XXI no cabe duda alguna de que nos ha correspondido ser testigos de primera mano de una revolución tecnológica sin antecedentes en la historia de la humanidad. Los acelerados desarrollos que tienen lugar cada día en campos como la inteligencia artificial, la robótica, la bioingeniería, entre otros más, así lo demuestran. Sin embargo, junto con el entusiasmo que naturalmente provoca ver aparecer nuevas e insospechadas posibilidades de bienestar —en áreas tan importantes como la salud, la economía y las comunicaciones—, conviven también el desconcierto y el temor ante las transformaciones tan rápidas que dichos adelantos traen consigo, especialmente en las maneras habituales de relacionarnos con los demás y con nosotros mismos. Ciertamente, muchas de las preocupaciones centrales en nuestros días tienen que ver con la incertidumbre que despierta vivir en sociedades en las que, por cuenta de las nuevas tecnologías, nuestra identidad y valor como seres humanos se hacen cada vez menos seguros. Así, por ejemplo, con frecuencia creciente se habla de la inevitable sustitución de mano de obra por robots híper eficientes e infalibles, lo cual provocará, a la vuelta de unas décadas, una crisis de desempleo sin precedentes. Así mismo hay quienes advierten sobre el posible advenimiento de una inteligencia artificial capaz, en un mañana no muy lejano, de reemplazar y hasta superar la inteligencia humana gracias a sus algoritmos altamente complejos. Algunos incluso proclaman y financian a torrentes la “salvífica” llegada de seres post-humanos dotados de poderes físicos y mentales resultantes de mejoras tecnológicas llevadas a cabo sobre cuerpos humanos que, en contraste, quedarán obsoletos y condenados a desaparecer. De modo que la balanza oscila sin cesar entre las promesas altisonantes y las graves advertencias frente a las soluciones que las nuevas tecnologías ofrecen para la alteración de las condiciones de habitabilidad del planeta. Con todo, lo cierto es que estos escenarios, más o menos catastrofistas—algunos de los cuales, es verdad, no pasan de ser especulaciones cercanas a la ciencia ficción—, confirman cuán profunda es la incertidumbre que experimentamos acerca del lugar que como seres humanos debamos y, acaso podamos, ocupar todavía en la denominada “era de la técnica”. Nos movemos, pues, sin cesar, entre un narcisismo de especie y un sentimiento de irremediable catástrofe. Ciertamente, como ocurre en toda revolución, lo que antes resultaba familiar ahora está cambiando de forma muy rápida, y con tanto movimiento alrededor es imposible no experimentar vértigo y desorientación. Es lo que vuelve necesaria más que nunca la filosofía. Su papel ha sido siempre el de orientar en el pensamiento y permitirnos encontrar puntos de referencia a partir de los cuales trazar reflexivamente un camino para movernos a través de la huidiza realidad. Así pues, en medio del vértigo que causa la revolución tecnológica en curso, la filosofía, con su ritmo lento y pausado, permite desacelerar el paso trepidante que acompaña estos cambios, ayudando a avizorar mejor el rumbo que siguen y, todavía más, anticipar el que pueden seguir. En pocas palabras, ofrece un espacio de reflexión para hallar algo de sentido en medio del vórtice. A esta tarea responde, pues, el presente libro. Las contribuciones reunidas aquí responden, en efecto, al deseo de elaborar reflexivamente, al compás de la filosofía, algunas de las inquietudes existenciales, antropológicas, éticas, ambientales, etc., que han surgido en estos tiempos, debido a la conciencia que se ha ganado acerca de que la técnica es el horizonte en el que insoslayablemente se define la condición humana. En otras palabras, se interrogan por ¿qué significa vivir en un mundo técnico como el nuestro y, sobre todo, qué peligros entraña para el ser humano vivir en un mundo así? ¿Puede acaso el mundo técnico ser inhumano? ¿Cómo? ¿Por qué? Así pues, los trabajos que conforman este volumen se mueven, principalmente, en torno a tres ejes: (i) repensar la naturaleza del fenómeno técnico, (ii) examinar el cuerpo humano expuesto a la mirada técnica y, finalmente, (iii) exhibir problemas éticos propios de la era técnica. Es así como, de la mano del filósofo político Leo Strauss, el capítulo de Oscar M. Donato se esmera en desentrañar cuál es la concepción de la técnica de dicho autor y cómo tal concepción está enmarcada en lo que Strauss denomina “la primera ola de la modernidad”, mostrando así la íntima relación entre el surgimiento de la técnica y el marco cultural y político que le dio dio lugar. Por su parte, William F. Guerrero Salazar vuelve en su capítulo sobre el pensamiento de Martin Heidegger para despejar una posible propuesta ética en el filósofo alemán, basada en la comprensión de la ética no como conjunto de preceptos o principios morales, sino como una forma de habitar el mundo, de donde se plantea la pregunta de hasta dónde es en verdad habitable, es decir ético, el mundo técnico descrito por Heidegger. El capítulo de Diana M. Muñoz González también quiere poner a prueba la actualidad y el alcance explicativo de la reflexión heideggeriana sobre la técnica, en su caso frente al transhumanismo, y deja ver que pese a su distancia temporal respecto a este proyecto reciente que preconiza una modificación tecnológica radical del ser humano, la filosofía de Heidegger está en condición de ofrecer herramientas analíticas útiles para apuntalar una mirada crítica sobre la ideología transhumanista, la cual, en tanto sintomática de un modo de pensar técnico-metafísico, se revela deshumanizante. De otro lado, e interesado a su vez en indagar acerca de la imagen que el transhumanismo se hace del ser humano, el capítulo de Ángel Rivera Novoa moviliza la teoría de la mente extendida de Clark y Chalmers para contrastarla con la figura del ciborg (un ser que está a medio camino entre lo orgánico y lo cibernético), lo que le permite arrojar una sombra de escepticismo sobre la exaltada pretensión transhumanista de mejorar las capacidades mentales humanas mediante prótesis cibernéticas que producirían mentes super humanas. Del mismo modo, el capítulo de José Luis Luna Bravo apela a la reflexión fenomenológica de estirpe husserliana para preguntarse si, como sostienen los transhumanistas, el cuerpo híbrido de los ciborgs experimenta y tiene un acceso perceptual al mundo completamente diferente respecto al de los cuerpos humanos no modificados. José Pedro Cornejo Santibañez nos ofrece, por su parte, una aproximación adicional al problema de la técnica y su relación con el cuerpo a partir del pensamiento de Martin Heidegger. Dada la relación humanotécnica, Cornejo se enfoca en el polo humano de esta relación para mostrar las condiciones que hacen posible a la técnica misma e identifica a lo que él denomina “apertura bidimensional de la existencia” como la clave que descifra la relación que tenemos con los objetos técnicos. Tal apertura, no osbtante, no podría pensarse al margen de la corporalidad, ya que es sólo a través del cuerpo que podemos relacionarnos con los objetos técnicos. Todavía en la misma línea de cuestionar la manera cómo en la era técnica se piensa la condición corpórea del ser humano, el capítulo de César A. Delgado Lombana llama la atención sobre una aproximación médica, hoy en día hegemónica, que bajo el pretexto de tratar la enfermedad, la entiende cada vez más como un problema técnico soluble, y al hacerlo desconoce el sufrimiento y el dolor como siendo experiencias esenciales constitutivas