Books on the topic 'DHA oil'

The aim of the study was to determine the effect of feed additives (algae, soybean, and sunflower oil) used in the rabbit feed on: growth indices and slaughter traits, pH, colour, texture, chemical composition, fatty acid profile and oxidative stability (TBARS) of the meat as well as FTO and FABP4 genes expression in the meat’s intramuscular fat (m. longissimus lumborum), depending on the age and sex. The experimental material consisted of Termond White rabbits (n = 160, 80 females and 80 males). Animals were weaned on the 35th day of life, and housed in metal cages arranged in batteries (4 rabbits of the same sex in a cage). From weaning to 12 or 18 weeks of age, the rabbits were fed pellets ad libitum. Animals in the control group (C) received non-supplemented pellets throughout the experiment. In the other groups, the pellet contained 1% algae (A), 3% sunflower oil (OS), and 3% soybean oil(SO).The experimental diets were formulated to have similar protein and energy content. Diets were balanced by lowering the proportion of other feed components. The total share of all components remained at 100%. The results indicate that 3% vegetable oils (soybean or sunflower) supplementation of diets for growing rabbits leads to an increase of body weight and improvement of some of the slaughter traits, while 1% addition of algae to the feed causes deterioration of body weight and slaughter traits. The effect of oil additive depends on the animals’ age. Supplementation of the rabbits’ diet with algae (1%) or sunflower and soybean oils (3%) led to an increase in the dressing percentage of rabbits slaughtered at 18 weeks of age (approx. 3%), but had no effect on the dressing percentage of rabbits slaughtered at 12 weeks of age. Feeding pellets with either 3% vegetable oils or 1% algae additive to the rabbits did not significantly change the chemical composition of the meat. Protein content increased and intramuscular fat content decreased with age, while ash and water content were similar. The feed additives significantly differentiated meat acidity without deteriorating meat quality. Diet modification has not affected negatively meat colour. 24 h after the slaughter, the colour of rabbit meat was similar across the studied feeding groups. Correlation between diet and rabbits’ age was found. Meat texture (hardness, springiness and chewiness) of all rabbit groups slaughtered at 12 weeks of age was similar, and the shear for cewas greater in rabbits fed pellets with algae and soybean oil. At 18 weeks of age, rabbit meat from experimental groups had lower hardness and chewiness, compared to meat of the animals from the control group. Meat shear force was higher in the control group, and from algae-supplemented group. The correlation between diet and age was also found. The use of 3% vegetable oils or 1% algae as feed additives significantly reduced meat oxidative stability. Soybean or sunflower oil (3%) usedas feed additives favourably modified the fatty acid composition of intramuscular fat. Polyunsaturated fatty acids (PUFA) content was increased, including linoleic acid, and PUFA/MUFA ratio was improved. The content of these acids decreased with age. The use of algae (1%) as a feed additive resulted in positive effect on the increase of n-3 fatty acid content (EPA and DHA) in meat intramuscular fat. Algae supplementation improved pro-health properties of meat, with low n-6/n-3 acid ratio (2.5), indicating that diet modification may affect the fatty acid composition of rabbit meat. The influence of diet and age on FTO and FABP4 gene expression in meat intramuscular fat (m. longissimus lumborum) was found. FTO and FABP4 gene expression increased with age and was the highest in the group of rabbits with 1% algae supplementation in the diet. The effect of rabbits’ gender on growth, slaughter traits, meat quality and gene expression in rabbits was not observed. In conclusion, the use of natural feed additives, such as sunflower, soybean oil or algae, can improve the nutritional value of rabbit meat, without changing its chemical or physical properties, and therefore the meat can serve as functional food, with properties beneficial to human health. The results obtained in this study also indicate that the expression of FTO and FABP4 genes in rabbit muscles is regulated by dietary factors and age, which, in addition to cognitive significance, has practical implications for improving technological and dietary quality of rabbit meat.

A obra foi lançada sob a forma de uma chamada pública pelo Núcleo Jurídico do Observatório da Inovação e Competitividade do Instituto de Estudos Avançados da USP (NJ-OIC/IEA-USP), a partir de provocações de interlocutores do Núcleo Jurídico sobre o efetivo papel do Direito no estímulo à atividade de inovação no Brasil. O objetivo dessa iniciativa foi mobilizar profissionais com experiência na área de Ciência, Tecnologia e Inovação (CT&I) para apresentarem casos de sucesso na aplicação e/ou interpretação da Lei nº 10.973/04, com redação dada pela Lei nº13.243/16, e das demais normas que compõem a legislação brasileira de estímulo à inovação. Assim, para colocar em destaque as “soluções jurídicas para a inovação” adotadas nos últimos anos no país, para enfrentar desafios complexos para implementação de iniciativas na área, o NJ-OIC/IEA-USP convidou interessados no tema a apresentarem um caso concreto em que a legislação brasileira de inovação foi utilizada com sucesso. Os organizadores declaram que uma das características deste Caderno é apresentar-se como uma caixa de ferramentas para novas iniciativas em inovação, capaz de oferecer soluções concretas inteligíveis por todos aqueles que atuam, direta ou indiretamente, em CT&I, aplicáveis a projetos de variadas naturezas nessa área.

La OIT viene señalando que la violencia y el acoso en el trabajo son una violación grave de los derechos humanos. Impiden el ejercicio de derechos laborales, son incompatibles con el trabajo decente y, sobre todo, representan una amenaza global para la dignidad, la seguridad, la salud y el bienestar de los trabajadores y las trabajadoras, pues no hay exclusiones en este tipo de comportamientos y prácticas tan viles e intolerables en la era de la economía digital. Una de las cuestiones que la OIT manifiesta es, precisamente, la necesidad de conceptualizar la violencia y el acoso en los lugares de trabajo. Interrelacionar ambos conceptos en una única definición plantea dificultades considerables, no solo por las percepciones subjetivas y las interpretaciones culturales, sino también porque es preciso prever respuestas jurídicas distintas a la violencia y el acoso. También debe pues establecerse con más precisión cuál sería el ámbito objeto de la discusión, al igual que su vinculación con el lugar de trabajo. (Organización Internacional del Trabajo –OIT–, 2018, p.4) La delimitación conceptual sobre el acoso en el mundo del trabajo se ha materializado en el importante, pero incompleto Convenio 190 de la OIT. De ahí que nos hayamos propuesto exponer y, modestamente, proponer los elementos y características para delimitar un concepto definidor del acoso en el trabajo con argumentos doctrinales y jurisprudenciales. Todo ello nos parece esencial para cumplir los objetivos de la OIT tendientes a “garantizar lugares de trabajo seguros y productivos”. La labor de la OIT en esta materia ha sido muy importante en la última década. Nos referimos (sin ánimo de exhaustividad) a la adopción, en 2009, de la Resolución relativa a la igualdad de género como eje del trabajo decente, en la 98.ª reunión de la Conferencia. Sobre esta resolución, la OIT consideró que es necesario adoptar un enfoque más amplio y, en 2015, su 325.ª Conferencia incluyó por primera vez en su orden del día un punto titulado “La violencia contra las mujeres y los hombres en el mundo del trabajo”. La temática del acoso laboral y de otros tipos de violencia en el trabajo ha tenido en los últimos años un desarrollo particular. El tema ha sido tratado en distintos ámbitos y disciplinas. Psicólogos, sociólogos, psiquiatras, médicos laborales, juristas, entre otros, estudian en la actualidad dicho fenómeno. Las investigaciones y los estudios realizados en el campo de la psicología, en la década de los ochenta, llamaron la atención acerca del daño ocasionado a los trabajadores por las conductas ocurridas en el trabajo, que, si bien aisladas carecían de significación, de modo acumulativo producían un daño de entidad. Los riesgos psicosociales y el acoso psicológico en el trabajo son considerados potencialmente dañinos para la salud de los trabajadores. Su relación con un número indeterminado de patologías es enorme, más aún cuando la relación causal entre dichos agentes y las patologías instaladas en los trabajadores todavía no está completamente clara y establecida. No obstante, se han encontrado vínculos que relacionan el estrés con las patologías musculoesqueléticas, cardíacas o digestivas. De ser prolongada la exposición a las situaciones generadoras de estrés, esta puede provocar graves trastornos cardiovasculares (Duglas y Yanes, 2013). El acoso laboral es considerado por un buen número de profesionales de diversas especialidades (psicólogos, abogados, médicos, entre otros) como la nueva plaga laboral del siglo XXI. Dado lo anterior, se puede decir que por acoso laboral se entiende toda conducta hostil, ofensiva, maliciosa, intimidatoria, incluyendo comportamientos, palabras, actos, gestos y escritos, que de forma “sistemática” se ejerzan por una persona o grupo de personas sobre otro/otros en el lugar de trabajo. Estas conductas deben manifestarse a través de cualquier acto que atente contra la dignidad o la integridad física o psíquica de la persona o la perjudique social, psicológica o moralmente. Su finalidad es la destrucción psicológica de la víctima, el abandono de su puesto de trabajo o la degradación de las condiciones del mismo. Esta definición está integrada por las características más resaltantes de las aproximaciones conceptuales expuestas por Leyman (1996), Hirigoyen (2001) y Piñuel (2001). En Nicaragua, desde el año 2007, se desarrolla un proyecto de nación que involucra a todos los poderes del Estado, basado en la implementación estratégica de un nuevo modelo político y económico que implica la adecuación progresiva de todo el ordenamiento jurídico. Además, determina líneas claras de restitución de derechos que reincorporan a grandes sectores de la sociedad a su derecho fundamental de ciudadanía, protagonistas con el derecho humano a una vida en el mundo del trabajo libre de violencia y acoso laboral. También incluye todo aquel acto de violencia y acoso laboral por razones de género. El Poder Judicial, en armonía con una serie de instrumentos internacionales ratificados por Nicaragua, y en sintonía con el aun no ratificado Convenio 190 de la OIT, aprueba el primer Protocolo en Latino América, para prevenir, sancionar y erradicar el acoso laboral y sexual en el entorno laboral de su competencia. En este trabajo se abordarán las más notorias consideraciones al aporte significativo que esta normativa implica para el país y la región latinoamericana. La violencia en las relaciones de trabajo representa una problemática que ha encontrado en las herramientas telemáticas, dígase el internet, las redes sociales, el correo electrónico y la telefonía móvil, un nuevo contexto y una nueva forma para su extensión y desarrollo. Las ventajas que genera el uso cada vez mayor de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en el mundo actual han condicionado que el fenómeno del ciberacoso laboral sea una modalidad de violencia que se encuentra en considerable aumento y en constante perfeccionamiento. La prevención de este riesgo tiene que ser el mecanismo necesario para combatir este fenómeno, lo que debe realizarse con un enfoque multidisciplinario, coherente e integrador. En nuestro país urge visibilizar su existencia y generar una mayor sensibilización en la sociedad y, especialmente, en el ámbito de las relaciones de trabajo.